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Convertir el arte en negocio

Un refrán popular dice que: “El que mucho abarca, poco aprieta”. Sin embargo, para Estefanía Ortiz, propietaria de Pompipompi esto no se aplica a la realidad, pues según nos cuenta ella, saber hacer más de una cosa representa en muchos casos un valor agregado.

Estefanía es una mujer multifacética. Ella es madre de una niña de 6 años, arquitecta y máster en Dirección de Arte Cinematográfico. Además, se dedica a la producción audiovisual y cuenta con un emprendimiento propio al que denomina Pompipompi. En él ofrece desde servicios de decoración, muebles como cocinitas, percheros, casitas hasta accesorios para decorar. Entre ellos destacan los canastos, colgantes, cuadros hechos con pompones, arcoiris fabricados con hilos, entre otros.

Pero, ¿de dónde proviene esta pasión que involucra al arte en toda su esencia? La emprendedora revela que siempre soñó con hacer ficción para televisión y cine y, que fue precisamente ese sueño el que la condujo a descubrir un mundo de oportunidades relacionadas con esta disciplina, como el máster en Dirección de Arte Cinematográfica y un empleo como productora audiovisual.

“Hace más de 12 años que trabajo en la dirección de arte de comerciales de televisión y videoclips. Esto me abrió los ojos y fue ahí donde me di cuenta de lo mucho que me gustaba ambientar y crear dormitorios infantiles. Muchas veces con recursos limitados, pero teniendo que lograr un resultado muy atractivo a nivel estético”, explica.

Con la idea puesta en tener algo propio, hace unos meses pudo materializar su deseo de crear muebles y accesorios exclusivos para niños y bebés, así como ofrecer servicios de decoración para espacios infantiles. “Me encanta diseñar y crear cosas con las manos, el trabajo artesanal tiene una riqueza única, así que trato de fabricar todo lo que puedo y lo que no, lo tercerizo como todo lo que tiene que ver con la carpintería o la mimbrería”, indica la emprendedora.

Sus productos gozan de gran aceptación y cada día aumentan más los pedidos que llegan hasta su pequeño taller ubicado en Asunción, además recibe consultas y encargos vía redes sociales, tanto de sus amigas como de otras personas que llegan gracias a que estas la recomiendan. En Pompipompi se pueden hallar muebles en base a prototipos ya existentes a nivel internacional, pero que cobran vida con el toque personal de la emprendedora, a la que le gusta agregar un elemento artesanal distintivo.

Para concluir la nota, Estefanía recomienda a sus pares emprendedores no tener miedo de trabajar en más de un área siempre y cuando lo hagan bien y de la mejor manera posible. Insiste, además, en que no se debe renunciar a otros sueños solo por cumplir con los demás. “Vean mi ejemplo. Estoy en el segundo paso de este camino que aún no sé a dónde me va a llevar, pero muy feliz de poder hacer lo que me gusta y con muchas ganas de alentar a otras mamás que muchas veces postergan sus metas personales para poder cumplir con ese rol tan importante”, concluyó.

Por Andrea Moreno