Hace 13 años, Fabiola Burger nacía como un sueño lejano, una idea de negocio que parecía un reto muy difícil de alcanzar. Sin embargo, hoy, con el sacrificio y el entusiasmo de Edgar Borja y su equipo, esa idea se ha convertido en una realidad sólida y exitosa que no solo satisface los paladares, sino que también brinda fuente de trabajo.
Los primeros años fueron complicados. Enfrentar las dificultades del mercado y lograr posicionarse en un sector competitivo no fue tarea fácil. Pero fue la dedicación, el trabajo duro y sobre todo, el saber auténtico y casero lo que permitió a Fabiola Burger conquistar poco a poco el gusto de sus consumidores. En cada plato servido, la promesa de calidad y sabor de la comida hecha como en casa se convierte en un símbolo de esfuerzo y pasión. «Nos costó mucho, pero cada sacrificio valió la pena», asegura Edgar Borja, fundador y líder de la empresa.
Actualmente, la marca apunta a la apertura de nuevas sucursales. Recientemente, Fabiola Burger ha llegado hasta la Asociación Paraguaya de Caza Pesca, donde no solo los socios, sino también los no socios, pueden disfrutar exquisitos platos a base de pescado. «Es una oportunidad increíble de expandirnos, de llevar nuestro sabor a más personas», menciona Edgar, entusiasmado por los nuevos horizontes que se abren.
En su menú, siempre se encuentra una variedad de opciones económicas, pero siempre preparadas con el mismo «compromiso con la calidad que nos ha caracterizado desde el principio», comenta Borja.
«Creer siempre en lo que haces, sin rendirse, es lo que nos ha permitido llegar tan lejos», dice Edgar con una sonrisa de satisfacción.