Con tal solo 19 años, sus ganas de descubrir el mundo y construir su propio futuro, la llevó a encontrarse con una vida laboral bajo presión y esclavitud que más tarde la inspiró a proyectar un emprendimiento propio y luchar hasta hacerlo realidad . Ella es Daniela Cazal, una joven que demuestra que con valor, perseverancia y confianza en uno mismo, hacer realidad un sueño, es posible.
«Mis primeros años de vida laboral fueron decepcionantes, empecé a trabajar a los 17 años, y fue saltando de un empleo a otro, no tenía fin de semanas ni feriados libres; y todo por un sueldo de 800 mil que no me alcanzaba para nada. Luego pasé a otra empresa con la esperanza de tener un trabajo más digno, sin embargo, resultó ser todo lo contrario, tenía que trabajar bajo sol y estar parada por horas. Recuerdo que un día que hacía demasiado calor lleve un anteojos de sol y eso significó mi destitución de la empresa», relata.
Luego de varios meses de nadar contra la corriente del desempleo y buscar algo que llenara su alma. Daniela decepcionada por la falta de oportunidad y explotación laboral, comprendió que ser empleada no era lo suyo.
“Tras dos grandes decepciones laborales y la búsqueda eterna de un trabajo digno, un día desperté decida a no buscar más trabajo sino mi independencia. Inspirada en una página que ofrecía obsequios personalizados para ocasiones especiales, me puse a investigar sobre el rubro con la idea de incursionar en el área. Como estaba a días de San Valentín, con un 100 mil decidí dar mi primer paso, preparé unas canastas de desayuno y chocolate para ofrecer, increíblemente tuvo una buena aceptación», confiesa.
Cuando por fin encontró una idea de negocio, lo comenzó a poner en marcha y ese primer paso apuntaba al éxito, las adversidades no se hicieron esperar.
“Volví a caminar bajo sol y lluvia para dar a conocer mis productos, pero lo hacía con entusiasmo pues sabía que estaba sacrificándome por algo propio. Aprovechaba al máximo los días festivos para lucirme con mis propuestas personalizadas y lo que me dejaba de ganancia lo invertía en crear nuevas opciones de obsequios, asegura.
Luego de dos años y meses de esfuerzo, perseverancia y confianza en sí misma, Daniela Cazal pudo superar la mayor dificultad, no montar un negocio físico, sino sostenerlo. De comercializar sus productos a través de las redes sociales pasó a montar una tienda en un reconocido shopping de Ciudad del Este.
Bajo la marca Posdata Rohayhu, ofrece canastas de desayuno, merienda, chocolate y todo tipo de obsequios personalizados.
“No existe nada más satisfactorio que trabajar para uno mismo y no para enriquecer a otros. Si tu sientes que no mereces el puesto donde te encuentras trabajando, no tengas miedo de soñar con tu libertad, con fe, dedicación y perseverancia ante las adversidades, todo es posible», con estas palabras concluyó.
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