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Ser tu propio jefe: Un gran salto donde vivimos un sinnúmero de emociones, sensaciones y momentos

Al momento de querer independizarnos o simplemente generar un ingreso extra, los primeros pensamientos que se nos vienen a la mente son los de “voy a ser mi propio jefe, podré manejar el tiempo a mi manera, no tendré que aguantar jefes con mal genio” y una lista más extensa acorde a las experiencias de cada uno. Pero, por muy ciertas que puedan ser estas palabras, si no tenemos las capacidades necesarias o el empoderamiento suficiente en lo que respecta a llevar adelante un negocio, no tomaremos mucho tiempo en darnos cuenta que nuestro negocio se encamina al fracaso.

Debemos ser consciente que, al ser emprendedores, nuestros propios jefes, estamos adquiriendo un boleto para subirnos al primer lugar de una montaña rusa donde viviremos un sinnúmero de emociones, sensaciones, momentos y lo más importante, nos permitirá conocernos a nosotros mismos de una forma nunca antes realizada.

Dar ese gran salto, nunca será tarea fácil ni tampoco imposible, por lo que debemos tener en cuenta estos consejos:

1-        Tómate el tiempo en analizar en qué eres realmente bueno y cuáles son tus intereses.

Primeramente, debes conocerte a ti mismo, que es lo que en verdad te gusta hacer, qué te destacas y cuáles son tus proyecciones de vida. Porque opciones de negocio hay miles, pero la que se ajuste a tus capacidades, gustos y pasiones será la correcta.

2-        Elabora un plan de negocios acorde a tus objetivos.

Ya tienes la idea, el siguiente paso será darle un aspecto formal para tener claro el camino a seguir, sus implicancias y en un período de tiempo poder comparar los resultados con tus proyecciones iniciales.

3-        Debes conocer un poco de todo.

Es muy importante que poseas un cierto grado de empoderamiento sobre ventas, publicidad, contabilidad, administración, organización. Además, nunca lo hagas enteramente solo, no dudes en pedir consejos o asesorías sobre cuestiones oportunas a los profesionales.

4-        Prepárate para trabajar, en serio.

Hasta el momento de llegar a estabilidad de tu negocio, deberás trabajar incansablemente cada día, mucho más tiempo del que lo harías en una empresa como asalariado. Porque es simple “Si no trabajas, no ingresará dinero a tu bolsillo”. Con el paso del tiempo irás perfeccionando tus procedimientos y podrás ajustar tus horarios acordes a tus intereses personales y laborales.

5-        Desarrolla tu inteligencia emocional.

Habrá días soleados, días de tormenta, primaveras y otoños a lo largo de tu vida de emprendedor, será la mejor decisión que hayas tomado si tú decides que sea así, por lo que es importante identificar, conocer y controlar nuestras emociones, para hacer frente a todas las situaciones que se nos presenten.

6-        Nunca te rindas, porque Tú eres “El Jefe”.

“La fuerza de la manada es el lobo, y la fuerza del lobo es la manada”. Una frase que deberás plasmarla en tu día a día, porque tendrás colaboradores que dependerán de las decisiones que tú tomes, ellos trabajarán con la misma energía que transmitas, buscarán los mismos objetivos y sentirse parte importante de la compañía. Por lo que, debes ser consciente de la responsabilidad que posees al frente de esas personas. Nunca decaigas, lucha siempre por tus objetivos y motiva a los tuyos para que luchen contigo.

 Lic. Celso Cabañas de CoachingPy