La familia en primer lugar. Así lo decidió Patricia Miranda, cuando renunció a la rutina de un trabajo estresante y al temor de no encontrar pronto un lugar que la hiciera feliz y con el que pudiera lograr la independencia que tanto anhelaba.
“Emprender es difícil pero no imposible”, dijo Patricia Miranda, una joven emprendedora que renunció a un salario fijo tras 3 años de trabajar en un sanatorio privado en el incluso cumplía más de 10 horas diarias. Esto hacía que pasara mucho tiempo sin compartir con su familia y, en especial con su amada abuela, a la que no veía hace tiempo. Fue precisamente esta situación la que la forzó a tomar la decisión de retirarse sin un rumbo establecido y con los bolsillos vacíos.
Pasaron tres meses sin que Patricia pudiera conseguir un trabajo que se adecuara a sus necesidades hasta que un día vio un curso de elaboración de chipas y fue así como se enamoró de la gastronomía y reconoció en ella el rubro ideal que le permitiría lograr la independencia y tener más tiempo para hacer las cosas que ella quería.
“Comencé a tomar todos los cursos que veía e incluso recibí una beca”, cuenta la emprendedora y agregó que una vez que sintió confianza creó Wado en honor a sus mascotas Waka y Donna. Con un horno viejo sumado a todas las ganas de salir adelante, Patricia preparaba sus chipas y las vendía junto con un vaso cocido caliente.
Con el tiempo, la emprendedora aprendió a hacer bizcochuelos e inclusive productos para celíacos, diabéticos y para los que hacen dieta. También se le dio la oportunidad de enseñar y compartir con los presentes su experiencia. “Capacité a muchas mujeres, entre ellas a madres solteras y otras casadas que vivían muy apretadas económicamente. Hoy la mayoría vende su producto desde su casa y genera su propio ingreso”, aseguró.
De allí que el consejo que siempre da a sus congéneres es que nunca dejen que sus miedos sean más grandes que sus sueños. “Las mujeres somos capaces de vencer tabúes y conseguir todo aquello que anhelamos”, expresó y agregó que agradece al destino haber tomado la decisión de renunciar a su antiguo puesto laboral ya que ello le permitió compartir tiempo de calidad y cantidad con su abuela y sus familiares más cercanos, disfrutar de ellos y de sus enseñanzas.