En un rubro tradicionalmente dominado por hombres, Patricia Lozada, cariñosamente conocida como «La chica de los motores», desafía los límites y demuestra que el talento y la pasión no conocen fronteras de género.
Patricia asegura que su amor por la mecánica surgió en su infancia. Relata que los días sábados iba religiosamente al taller de su padre, donde pasaba el día desmontando y ensamblando bombas hidráulicas. Esta temprana experiencia no solo cultivó su habilidad técnica, sino también su deseo de desafiar los roles de género en un sector tradicionalmente masculino.
«Por mis venas corre la misma pasión por la mecánica que mi padre», dice Patricia con orgullo, reconociendo la herencia familiar que la ha impulsado en su camino profesional.
A pesar de enfrentarse a desafíos y críticas sexistas, Patricia perseveró en su sueño con valentía. Su inquebrantable determinación la impulsó a estudiar con profesionales de Argentina y Estados Unidos, adquiriendo conocimientos y habilidades que ahora aplica en el taller familiar con destreza y pasión.
«Me siento desafiada y orgullosa de tener la oportunidad de superarme cada día en un sector tan tradicionalmente dominado por hombres», comenta Patricia.
En la actualidad, Patricia dirige con éxito el taller familiar, que cuenta con más de 30 años de experiencia en el rubro. Su liderazgo y habilidades técnicas han sido fundamentales para mantener la reputación y el crecimiento del negocio a lo largo de los años.
Con una historia inspiradora, Patricia Lozada se convierte en un modelo a seguir para todas aquellas mujeres que desean incursionar en áreas consideradas tradicionalmente masculinas. Su pasión, determinación y capacidad para desafiar los estereotipos demuestran que el talento no tiene género.