«Algo en mi interior me decía que mi estilo de vida no encajaba conmigo, pero vivía sin tener nada por lo que luchar ni un lugar dónde llegar, pero sabía que quería ser independiente.Crecí en el taller de costura de mamá, al principio no me gustaba la profesión, me involucraba solo para ayudar a mis padres, hasta que un día se me presentó la oportunidad de trabajar en el área de cocina de una empresa a pesar de que no tenía nada de experiencia, y fue ahí que descubrí mi verdadera pasión, la repostería”, comienza su relato Fátima Cañiza.
Decidida a n
«No tenía ni el más mínimo conocimiento de cocina, pero estaba decida a aprender porque necesitaba un ingreso fijo. No fue nada fácil, había veces que ya no tenía fuerzas para seguir, era muy agotador y estresante pero gracias a todo lo que pasé, la cocina pasó a gustarme tanto que me proyecté a ser independiente con mis propios productos de repostería», resalta la joven de 25 años.
Encontrando por fin lo que la hacía sentir libre, Fátima emocionada renunció a su trabajo y comenzó a solicitar préstamos para poner en marcha su sueño del negocio propio, no obstante, el apuro le jugó una mala pasada pues en un momento se encontró rodeada de deudas y sin empleo.
En su desesperación por encontrar una salida a su crisis económica, las telas, hilos y tijeras fueron la salvación de la joven. Dejando en pausa su anhelo de la pastelería, Fátima se adentró al taller para fabricar todo tipo de prendas y comercializarlos.
“Las prendas deportivas y uniformes principalmente dejaban más ganancia a mis padres, por eso también me enfoqué en ello. Con el dinero que me dejaba la costura compraba los ingredientes para hacer mis dulces 100% artesanales y venderlos a través de mi página de Facebook”, asegura.
Hoy en día, Fátima Cañiza con la ayuda de su pareja y familia lleva adelante dos negocios, repostería y un taller de costura.
“Al final me quedé con los dos negocios, amo la cocina y la costura que pasó a gustarme. Ahora mi sueño es abrir un local donde pueda exhibir mis productos de repostería y dar empleo a otras personas, para el que lucha todo es posible y sé que estoy a pasos abrir un local”, concluye la emprendedora.