Un clásico del Domingo de Pascua es el huevo de chocolate como postre después del almuerzo. Pequeños, medianos o grandes, cada uno es una fiesta a la hora de compartirlo con la familia y amigos.  Yanet Stokmayer, es una joven que vio una oportunidad de negocio, en la fabricación de esta ovalada tentación.

Solo faltan dos semanas y unos pocos días para que el exceso de chocolate sea tema de conversación en muchas de las mesas de las familias paraguayas. Es que se aproxima Semana Santa y, como es sabido, los huevos de Pascua son los favoritos tanto de niños como de adultos.

En este contexto, los huevos artesanales hechos en casas particulares por pequeños emprendedores se han vuelto una opción mucho más conveniente que aquellos que se consiguen en las tiendas y grandes almacenes. Esta es la historia Yanet Stokmayer, la joven emprendedora que hace 2 años decidió crear “Xio – Si Te va a gustar” para dedicarse a la fabricación de dulces que arrancan suspiros.

Yanet cuenta que actualmente trabaja en el Centro de Despachantes del Paraguay y que, de forma paralela, se dedica a emprender en el rubro gastronómico, pues este forma parte de una de sus grandes pasiones. De hecho, dice que se encuentra a meses de concluir un curso de gastronomía y que se vienen nuevas sorpresas encaminadas a deleitar a sus clientes.

“Ahora que llega la Pascua es una excelente oportunidad para que la gente conozca lo que hago”, mencionó la emprendedora, mientras vertía la preparación en los moldes de chocolate que en minutos se convertirían en deliciosas propuestas artesanales.

Este año, la tendencia en materia de fabricación de huevos de Pascua va un poco más allá. Es que ahora se personalizan los huevos para regalos en distintos ámbitos. Sean para los familiares, para los niños o para los colaboradores de una oficina, la ovalada tentación de chocolate ofrece una amplia variedad de posibilidades y precios que incluso llegan a ser hasta casi 50% menores que en los supermercados.

Consciente de que el camino no ha sido fácil y que ha tenido que sortear varios obstáculos, Yanne se muestra feliz y optimista. Hoy la microempresa de Yanet funciona en su domicilio, pero, próximamente, tendrá un salón donde podrá exhibir sus productos y recibir cómodamente a la gente.

La joven cree que con perseverancia y la fe puesta en Dios todo es más llevadero. “Nada es imposible cuando uno se propone llegar a la meta. En la vida hay muchos obstáculos, principalmente, con cuanto a lo monetario se refiere, ya que no todos contamos con recursos para empezar un negocio. Sin embargo, con mucha fuerza de voluntad y sacrificio se pueden lograr los objetivos. Hoy todo lo que hago, es por y para mi hija de siete años. Ella es mi fuente de inspiración”, concluyó.

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