Un legado y una tradición que han perdurado a través del tiempo, y hoy son la base de un exitoso emprendimiento. Esta historia se remonta a cuatro generaciones atrás, cuando la bisabuela de la familia creó una receta única de Yerba Mate Cocido.
Lo que inició como una tradición familiar se ha transformado en un próspero negocio bajo la marca Chikí Cocido Quemado, llevando aroma y auténtico sabor a miles de hogares aficionados al mate cocido.
«Hace 55 años, mi bisabuela Juana Zarza de Portillo creó su Yerba Mate Cocido sin carbón por cuestiones de salud, utilizando solo yerba y azúcar, y añadiendo su toque secreto en el quemado. Posteriormente, mi abuela heredó la receta y comenzó a comercializarla, aunque inicialmente solo entre familiares y amigos. Luego, mi tío y yo decidimos expandir el negocio para obtener un ingreso adicional, y nunca imaginé el éxito que alcanzaríamos», relata Jamile Rojas.
El nombre de la marca rinde homenaje a la abuela de la familia, quien era conocida cariñosamente como «Chikí». «Seguiremos con la receta ideada por mi bisabuela y que mi abuela nos inculcó a mantenerla viva. Es una herencia culinaria que orgullosamente vamos a preservar», resalta la joven.
Actualmente, la producción se lleva a cabo en Ayolas, Misiones, y se encuentran en proceso de construcción de su propia planta de producción. Una vez elaborados, los productos se distribuyen en distintos puntos de venta. La línea de productos ofrece tres presentaciones: 50g, 350g y 700g, en tres sabores diferentes: tradicional, sin azúcar y con sabor a naranja. Estos productos pueden ser adquiridos en Tekokatu de Asunción y en EcoAgro de San Lorenzo e Itauguá.
Como mensaje final, Jamile Rojas enfatiza que no hay edad, raza ni momento que te impida perseguir tus sueños. Siempre habrá obstáculos, pero tienes la capacidad de superarlos. Es fundamental tener a Dios en primer lugar, ya que Él nos brinda la fortaleza para seguir adelante. El primer paso puede ser el más difícil, pero lo que realmente cuenta es el propósito que guía tus acciones. Y recuerda, nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para comenzar.