No sirve de nada tener una habilidad si no lo potenciamos para materializar un sueño. Georgina Ferreira, es un claro ejemplo de que todo talento guiado por la confianza, esfuerzo y perseverancia, nos puede llevar a la cima de éxito.
«Desde muy joven me vi atraída por todo lo referente a las manualidades, sabía que tenía habilidades, pero no tenía una visión para poder guiarla hacia el camino de la grandeza y vivir de ello. Trabajé muchos años para empresas privadas hasta que en la última firma donde trabajé, me encontré muy de cerca al arte de crear, y quedando cautivada decidí emprender en ello», expresa Georgina.
Existen decisiones que parecen inofensivas a simple vista pero a la larga te afectan en lo que realmente quieres hacer con tu vida. Georgina Ferreira, siendo consciente de que perdió muchos momentos importantes y a la vez más graciosos de la infancia de sus hijos, no tener tiempo para su familia y pasatiempo (manualidades), y todo por un sueldo que no les alcanzaba, aprovechó un momento de crisis para transformar en oportunidad.
“Al terminar el colegio ingresé a trabajar, y desde entonces pasé por grandes librerías, tuve mi primer bebé pero igual seguí trabajando porque le dejaba con la abuela. Al poco tiempo, se vino el segundo hijo y me mudé de trabajo, ingresé en una empresa dedicada a venta de artículos de artes. Ahí veía a mis compañeras enseñar pintura y manualidades, y fue entonces que en mí despertó las ganas de aprender más», asegura.
A diario, observando y aprendiendo desde su escritorio, Georgina Ferreira iba adentrándose más a aquel mundo que siempre la atrajo. Adquiriendo los materiales necesarios comenzó a experimentar desde su casa, realizando alhajeros y cajas de té a base de fibrofácil.
«Yo miraba como hacían y luego lo intentaba en mi casa, comencé ofreciendo a mis familiares y amigas, luego recibía pedido de centros de mesa, souvenirs para nacimiento, bautismo y casamiento, carpetas creativas, entre otros, en su mayoría hechas de goma eva. Todo iba bien hasta que la empresa se cerró y por lo tanto me dieron mi liquidación, y pareciera mentira, al poco tiempo mi marido e hijo mayor también quedaron sin trabajo y tuvimos una crisis económica, de cual salimos gracias a mi nuevo emprendimiento», resalta.
Ante tal situación, el primer paso de Georgina Ferreira y su familia, fue potenciar los productos a través de las redes sociales y como todo iba bien y las aguas se calmaron, la emprendedora decidió trabajar desde su casa, manejar su tiempo y pasar más con su familia.
“Hoy, trabajo desde mi casa, dedico tiempo a mis hijos y ganó inclusive más que antes. Creo que nunca es tarde para ir tras los sueños”, concluye Ferreira.
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