Ningún soñador es pequeño y ningún sueño es demasiado grande. Y aunque las circunstancias no te acerquen a tu objetivo, sigue corriendo, que en algún momento lo alcanzarás. Letizia Alcaraz Martens, una joven madre que no dejó escapar sus sueños.
Letizia Alcaraz Martens, relata que desde pequeña se sintió atraída por el diseño y la arquitectura, gusto que profundizó a los 15 años con una especialización en construcción civil, posteriormente una vialidad . Con tan solo 19 años, dos títulos técnicos y mucha esperanza de trabajar en su profesión, la joven comenzó a golpear puertas tras puesta pero la respuesta que recibía era «dejanos tu carpeta y te vamos a estar llamando».
» El tiempo pasaba, llegó mi primera hija, luego la segunda y yo seguía sin poder ejercer mi profesión, siendo mamá soltera me fue muy difícil. Luego me casé y vino la última nena, mi marido era el nos mantenía, trabajaba en una empresa privada pero no nos alcanzaba el dinero, y ahí decidí emprender», relata.
Dejando atrás su mayor limitación, el miedo a fracasar, Letizia Alcaraz comenzó a fabricar accesorios artesanales, y en compañía de sus hijas salió a recorrer los barrios cercanos para ofrecer sus productos.
«Siempre me apasionó todo lo referente al arte en general y fue por eso que decidí enfocarme en crear pedacitos de piezas que transmitan sentimientos, pero siempre buscando la conformidad del cliente y brindándole exclusividad en muchos casos. Al comienzo me vi con el dilema de dónde dejar a mis nenas, y como no tenía con quien dejarlas, iba con ellas casa por casa a ofrecer mis accesorios», confiesa.
A cada barrio que Letizia Alcaraz y pequeñas hijas llegaban, la gente apreciaba su trabajo y con el correr de los días la venta fue creciendo. No obstante cuando todo iba por buen camino, su marido queda sin empleo, aquello en vez de bajonear a la familia, sirvió para potenciar el negocio de Leticia, pues su pareja llevó sus productos en puntos específicos, como universidades, expo, lugares públicos, lo que ayudó a viralizar su marca.
» Cunado me enteré que mi pareja quedó sin trabajo, al principio me vi un poco preocupada porque luego de mucho estábamos logrando llevar una vida digna, pero luego entendí que era la oportunidad perfecta para que ambos hiciéramos crecer mi emprendimiento, y fue así», asegura.
Hoy en día, Letizia Alcaraz sigue trabajando en el mismo rincón de su casa que había destinado para su taller. A diario, rodeada de su tres hermosas hijas y su marido, quien se encarga de la logística del negocio. El producto estrella de joven es el atrapasueños, que con sus coloridos diseños cautiva a los clientes. Principalmente trabaja sobre pedido para tiendas de reconocidos shoppings.
» Nada más maravilloso que poder trabajar desde la casa, en compañía de mi familia. A diario tener la oportunidad de verlas crecer me hace sentir plena.Y recibir elogios por cada trabajo me llena de satisfacción porque lo hago con mucho amor y con la intención de expresarme a través de mis obras»,concluye.