Muchos emprendemos para alcanzar un sueño y otros por necesidad o por encontrar una solución a un problema actual. Este es el caso de Estefanía Caner Valdovinos, cansada de soñar detrás de un escritorio, supo aprovechar una problemática familiar y a partir de ella construir un negocio propio.
“Desde muy joven comencé a trabajar en el despacho de mi padre aduanero, pero con el tiempo sentía que estaba entrando en una zona de confort, por lo que más adelante renuncié a pesar de que no tenía el consentimiento de mi madre, pues quería aprender más. De ahí pasé a trabajar como secretaria a otra empresa, donde rápidamente fui ascendiendo hasta llegar al puesto de gerente general, no fue fácil porque a la par iba a la universidad», confiesa.
A pesar de sus logros, Estefanía Caner Valdovinos en el fondo se sentía incompleta, pues su sueño siempre fue ser su propia jefa y trabajar bajo sus propios límites. Aunque no tenía ninguna idea de negocio en mente por el cual luchar, estaba atenta a saltar por la primera oportunidad que se cruzase en su camino.
“Aunque tenía un buen trabajo, no era feliz trabajando para hacer crecer una compañía que no era mía, pero tampoco podía alocarme y renunciar por los gastos fijos que tenía. En ese lapso, mi hermana decide abrir un local de ARTE, CAFÉ y BAR, no obstante, su idea fracasó. Entonces por recomendación de mis padres y ya que cerrar no era una opción por la inversión realizada, comenzó a ofrecer servicio de almuerzo para el sector empresarial de la zona. Sin embargo, en el 2017, ella se muda a Bolivia y fue entonces que al ver que mi mamá no podía sobrellevar las deudas y dedicar 100% de su tiempo al negocio, me nació la idea de transformar esa problemática en una oportunidad», afirma.
Siendo ya Licenciada en Administración de Empresas, Estefanía tomó la decisión de renunciar a su trabajo y aventurarse a emprender. Con un capital prestado por sus padres, la joven procedió a la liquidación de personales y bajo el nombre de ANACLETA & DOROTEO empezar de cero.
“Era un mundo nuevo para mí, pero estaba dispuesta a construir una nueva imagen al negocio, los primeros días fueron caóticos y agotadores. En algunas ocasiones hasta los cuidacoches del barrio se reían al verme correr como loca por las calles con mis viandas para llegar a tiempo y cumplir con 30 a 40 clientes», relata entre risas.
Hoy en día, ANACLETA & DOROTEO en su local ofrece almuerzos con un sabor 100% hogareño y la presentación del menú lo seleccionan de acuerdo al día y el clima. Actualmente cuenta con 70 a 80 clientes fieles, quienes se acercan al local o acceden a su plato a través del servicio de delivery.
“En todo este tiempo, aprendí que en Paraguay no falta trabajo, sino gente con ganas de explotar su imaginación. Hoy en día todo se puede vender», con este mensaje concluyó.
Contacto: 0983983905