Fernando Vallese y Eric Dijkhuis, son dos grandes amigos que un día encontraron en internet una historia de vida de un niño sudanés que había perdido ambos brazos y que luego de varios años de dependencia , a través de una impresora 3D que llegó a su comunidad obtuvo su prótesis.
Ver que el niño recobró su independencia , los motivó a traer la tecnología en el país para transformar vidas.
“La historia nos hizo un clic en la cabeza, pues es una realidad por lo que están pasando muchísimas personas en Paraguay, entonces, en vez de pensar cuando llegaría aquí, dijimos hagamos que pase en nuestro país», expresa Eric Dijkhuis.
Dispuestos a trabajar, en el 2014 comenzaron con investigaciones, capacitaciones y recaudación de fondos para arrancar con el proyecto que denominaron PO PARGUAY. Luego de varios meses de dar arranque y contar con la impresora, contactaron con profesiones internacionales que querían brindar sus experiencias y apoyo.
En el 2016, cumplieron el sueño de entregar las primeras prótesis y desde entonces no han dejado de investigar y apostar por la innovación para crear prótesis convencional con el plus de colores y diseños personalizados.
“Nuestro concepto en PO PARGUAY es poder personalizar las prótesis en colores y formas, ejemplo: que los niños tengan a sus personajes superhéroes y más allá que se sientan como si llevan un calzado y puedan cambiarlo de acuerdo a la ocasión ”, relata Fernando Vallese.
En la actualidad PO PARAGUAY realiza solo la fabricación de manos y brazos, pero todo el equipo está trabajando arduamente para producir más miembros a corto plazo.
» A pesar de que en el país no contamos con una institución en donde capacitarnos, vamos a seguir investigando y aprendiendo a través de cursos online para llevar esperanzas a aquellas personas que no tienen la posibilidad de adquirir una prótesis», concluyó Vallese.