La historia de PASMAR comenzó un cálido domingo de mayo, cuando la familia Coronel se disponía a disfrutar de un refrescante tereré bajo la sombra de un frondoso árbol de mango.
Como siempre, el “tereré jeré” lo integraban sus 7 miembros Juan Coronel , Clara Solis , Juan Marcelo Coronel , Clara Coronel , Fabrizio Coronel , Rossana Galeano y Carlos Coronel . Uno de ellos- Carlos – contó que había visto a la vecina –María – caminar cuadras y cuadras para ir al supermercado más cercano en busca de medio kilo de pan y que tras retornar se había dado cuenta de que también le faltaban los alfajores para la nietecita que vendría a visitarla al final de la tarde, lo que la obligó a retornar al centro comercial.
Este relato hizo que el clan familiar se percatara de que existía una demanda no satisfecha en la comunidad y que juntos podían armar un negocio que diera respuesta a esta necesidad. De allí surgió la idea de montar una panadería- confitería y como provenían de una estirpe altamente calificada en el rubro panadero decidieron continuar con esa actividad. Con el transcurrir de los meses, el 28 septiembre, vieron nacer PASMAR, la empresa con la que todos soñaron y que hoy celebrará su primer aniversario.
Carlos Coronel Solis, uno de los integrantes del emprendimiento, contó que para comenzar distribuyeron los trabajos dentro de la panadería para que el funcionamiento fuese óptimo. Su hermana Clara se encargó de la apertura del local y de la atención al cliente en el turno mañana; Marcelo del control de calidad y de la socialización con los clientes que visitan el local en el turno tarde, mientras que Carlos se ocupó de la caja y muchas veces de representar a PASMAR en las actividades que se realizaban fuera del área de producción.
La tarea se completó con los roles desempeñados por los padres de Carlos, Marcelo y Clara – don Juan Carlos Coronel y doña Clara Digna Solis- quienes hasta ahora velan por la distribución, el control de productos, las relaciones con los proveedores y el capital humano. En tanto que del control administrativo y recae en Rossana Galeano, esposa de Marcelo.
“La denominación de nuestro negocio es en honor y agradecimiento a nuestros abuelos quienes fueron pioneros en montar la primera panadería en Loma Pytà, barrio donde residían. PASMAR significa PABLO ALFONSO SOLIS / MARCELINA AREVALOS, nombres y apellidos de nuestros abuelos. Y hablamos de tradición, debido a los años de funcionamiento de la panadería San Pablo, la cual hoy por hoy deseamos continuar”, apuntó Carlos.
En PASMAR se pueden encontrar variedades de panes como el tradicional Felipe, de Viena, para hamburguesa, con semillas integrales, sobado, así como productos secos, a la manteca e integrales.
También tienen pre pizzas y en el sector de la confitería disponen de medialunas, pastrafrola, bollos, alfajores, entre otros. A estas opciones se suman unos 15 sabores de helados. Todos los productos de la empresa familiar gozan de buena aceptación en la comunidad prueba del éxito que tienen es que están presente en cientos de mesas de la familia tradicional paraguaya.
Como reflexión final, Carlos instó a quienes quieren emprender a no tener miedo a cometer errores, puesto que hasta las empresas más grandes del mundo se equivocan, pero no se dejan vencer y salen adelante. “Si fallaste 10 veces, inténtalo 11 veces hasta conquistar el éxito”, concluyó el emprendedor.