Sin duda alguna, el lomito se ha convertido en la opción más solicitada entre la comida rápida. Tanto chicos como grandes se ven cautivados por su sabor. La pionera Marta Dávalos nos cuenta la conmovedora historia que esconde el éxito de su lomito.
“Tenía 17 años y con mi pareja nos sorprendió la responsabilidad de ser padres, con el pasar de los días aquella emoción por la llegada del primer hijo, se transformó en una preocupación para nosotros, pues ambos estábamos sin trabajo. Desesperados golpeamos puertas y puertas pero nada salía. A la par que mi embarazo avanzaba, había días que no tenía nada para comer, lloraba y rogaba a Dios una oportunidad de trabajo, y un día encontré en el diario un anuncio en donde una lomitería solicitaba planchera y sin saber en qué consistía el trabajo, fui a probar», expresa muy emocionada.
Sin saber que era su primer paso hacia el éxito, Marta Dávalos puso todo su empeño para aprender de los ingredientes, procesos y las técnicas del aquel novedoso producto. «Era la primera lomitería y su propietario un árabe, quien se hizo famoso justamente por la creación del lomito. Se caracterizaba por su exigencia y gracias a eso aprendí y hoy nadie puede discutirme nada «, afirma Marta.
El sabor único e irresistible del lomito del árabe de Sajonia recorrió de boca en boca, y los medios se hacían eco de la aparición del lomito. Evidentemente la fama la buscaba, pues tras el reportaje de un canal, Marta fue captada sonriente en su puesto de trabajo y para sorpresa fue destacada como la joven con la sonrisa más linda de Asunción.
“Llevaba dos años trabajando con el árabe cuando las ofertas no se hicieron esperar y luego de varios desacuerdos renuncié. Después de la fama del árabe aparecieron otros puestos, y fui a trabajar en otro cercano hasta que por una orden, todos los carritos del paseo central de la avenida Carlos A. López fueron desalojados, y ahí decidimos con mi ex marido abrir nuestro propio puesto”, relata.
Marta y su ex marido Víctor decidieron aventurase sobre la avenida República Argentina, en aquel entonces silenciosa y sin movimientos. “Nos instalamos en un salón que nos prestó un comisario, en los primeros 15 días no vendimos nada entonces le propuse a Víctor salir en la vereda. Recuerdo que puse un cartón, encima mi pequeña plancha y un cartel que decía (súper lomitos) y la gente rápidamente me reconoció por mi sonrisa y porque era la ex cocinera del árabe”, expresa entre risas.
Marta relata que a tan solo semanas, se podía apreciar largas filas de los clientes que aguardaban su súper lomito, y por ende la envidia no se hizo esperar, pues el propietario del terreno le solicitó el lugar para abrir una lomitería.
A pesar del dolor y el sabor amargo de la traición, Marta y Víctor no se dieron por vencidos y se instalaron en otro punto de la avenida, sin embargo a cinco días fueron desalojados por orden de la Municipalidad.
«Recorrimos prácticamente desde el inicio hasta donde termina República Argentina porque cada una semana nos desalojaban de un lugar, no obstante a donde íbamos nuestros clientes nos seguían, no éramos el único puesto pero sí en sabor», resalta.
Aunque Marta y Víctor sentían que el mundo conspiraba en contra del anhelado negocio, desistir no estaba entre sus opciones. “No sabíamos más en donde instalarnos, hasta que un conocido nos ofreció un baldío que a futuro sería unos salones. Nuevamente las intenciones de desalojo se hicieron presente, pero esta vez ya no pudieron y del baldío pasamos a alquilar el salón”, señala Marta.
Hoy en día Manu’s Lomitería, es un sueño hecho realidad bajo sacrificio y anécdotas, cuenta con un enorme local sobre República Argentina, en donde a diario pasan cientos de personas para degustar de aquel tradicional y único sabor del lomito que se mantiene hace décadas. También ofrece sándwich de lomito, chivito uruguayo, entre otras opciones. De martes a domingo habilitan el área de karaoke que incluye el servicio de bebidas y picadas especiales. Por otra parte, recientemente habilitaron una sucursal sobre la avenida Augusto Roa Bastos.
“Fue muy duro nuestro inicio, llegamos al objetivo, pero alcanzar el éxito también implica mucho trabajo por mantenerlo, te lo digo porque en un momento tuvimos 5 sucursales y lo fuimos perdiendo al no saber sobrellevar etapas difíciles de la vida, pero lo importante es despertar y retomar vuelo. No me puedo quejar de lo que tengo, recibir en el local visitas de ex clientes que viven por Europa que cuando vienen a Paraguay pasan por aquí, y destacan el único e inigualable sabor de mi lomito”, concluye.
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