A todos nos ha pasado que parecemos cansados y perdemos fe a los sueños porque no logramos cumplirlos tal cual como lo pensábamos, pero nunca es tarde para soñar y volver a intertarlo, Guillermina Insfrán, una mujer con espíritu de independencia, tras fracasar en varios negocios, endeudarse y revotar en España, hoy es una empresaria.
«Desde pequeña fui vendedora e independiente, nunca trabajé para un jefe, toda mi vida perseguí mi sueño del negocio propio, abrí varios negocios pero en todo fracasaba, hasta que formé una familia, y la situación fue más difícil porque tenía 4 niños que mantener con mi marido. El dinero no nos alcazaba y menos para invertir en un negocio, en ese tiempo todo el mundo iba a España, y un día le comenté a mi pareja la idea de viajar», comienza su relato.
Decidida a bloquear sus sentimientos por su familia, Guillermina Insfrán, comenzó a buscar dinero para costear su pasaje, préstamos tras préstamos lo consiguió y emprendió una aventura a Europa en busca de lograr sus metas.
Todo parecía alinearse para Guillermina hasta llegar al aeropuerto de la Madre Patria donde no la permitieron ingresar, con su equipaje cargado de desilusiones y un endeudamiento récord, retornó al Paraguay.
» Fue una de las etapas más difíciles que pasé con mi familia, pues estábamos endeudados hasta el cuello y habíamos vendido nuestras comodidades, nos quedamos más pobres. A pesar de ese golpe, no perdí la esperanza, comencé a trabajar con un primo en su negocio del mercado 4, y él me dijo que ahí tenía que abrir un negocio, y eso me motivó a traer celulares de Argentina para comenzar mi proyecto, nuevamente fue difícil arrancar y no alcanzaba el dinero, lapso en que me llegó una carta de invitación desde España. Con el objetivo de comprar un local en el mercado fui a Europa, pero esa vez, ingresé», relata sonriente.
Trabajando duro y en lo que se le presentará, comenzó a enviar plata a sus hijos que quedaron con la abuela y a ahorrar para llevarle a trabajar a su marido. Tras un año y meses de estar lejos de los chicos, con su pareja decidió regresar al país.
«Los primeros días me pasé llorando porque demasiado extrañaba a mis hijos, y pensaba en retornar pero luego al pensar en las deudas que me aguardaban se me pasaba», asegura entre risas.
No siendo suficiente el dinero que habían ahorrado, Guillermina compró mercaderías para la venta al por mayor, y así concretó la compra del local. No obstante, para completar el pago de la llave del local, tuvo que endeudarse nuevamente.
«Estaba feliz con mi propio local, a pesar que no tenía nada que ofrecer en el. Recuerdo que mi hija mayor tenía un celular C105 , lo cual lo saqué para exhibirlo, era el único en la vidriera. Luego tras un préstamo empecé a adquirir más celulares y fui progresando», sostiene..
Hoy, en medio de la famosa Galería San Miguel del Mercado 4, se encuentra Noe Cell, el sueño hecho realidad de Guillermina Insfrán. En el local se puede encontrar todo tipo de celulares, accesorios, reparaciones, aparatos electrónicos, entre otros. Como proyección, la firma está trabajando en l importación de artículos electrónicos directamente desde China.
«Sin importar las veces que hemos resbalado e intentado de todo, hay que perseverar, porque mientras respiremos hay esperanzas», concluyó la empresaria.