Con tan solo 16 años, Alejandra Acevedo, era toda una soñadora dispuesta a desafiar al mundo para construir su futuro, es así que aprovechó la oportunidad de trabajar en una veterinaria, lugar donde descubrió un hobby que años más tarde lo transformó en una idea de negocio.

“Recuerdo que a los 16 años en vacaciones de verano, mi papá a sabiendas de que me encantaban los animales, me llevó a trabajar como ayudante en la clínica veterinaria de una amiga suya con la idea de que me entretuviera en mis días libres. No obstante al terminar las vacaciones, la dueña muy contenta con mi trabajo, le pidió a mi padre para que me quedara a trabajar a medio tiempo, y fue así que comencé a ganar mi propio dinero. Más adelante, mi jefa que sabía que mi madre se dedicaba a la costura, me animó a intentar confeccionar ropas para perros, y lo intenté», confiesa.

Comprando unos metros de telas y descargando moldes de internet, la joven se aventuró a confeccionar sus primeras ropitas para la época de invierno. Adoptando como un hobby habitual, Alejandra comenzó a fabricar en diversos modelos y tamaños que rápidamente llamaron la atención de familiares y amigos.

«Las prendas que terminaba los exponía en mi trabajo, y al ver que tenía buena aceptación, empecé a fabricarlos con nuevos diseños y combinaciones de colores. Me creé una cuenta en las redes sociales y comencé a subir fotos de mis trabajos. Más tarde, convencida de que podía hacer más, fui probando para hacer camitas, colchonetas, collares y pecheras, estos últimos me llevaron mucho tiempo para manejar la técnica y también para tener un toque único que me represente», asegura.

Al terminar el colegio, la adolescente siguió la carrera de Veterinaria, no obstante tras un problema interno de la universidad donde asistía tuvo que abandonar. Sin embargo, la moda canina, que Alejandra imponía con sus prendas y accesorios, era imparable que fue corriendo de boca en boca.

“Con el tiempo la gente fue reconociendo mi trabajo y llegaban invitaciones de diferentes asociaciones caninas para exponer en sus encuentros, al darme cuenta del éxito de mi emprendimiento, decidí invertir un poco más y participar de ferias para darme a conocer aún más. Estaba muy contenta pero en el fondo no me sentía satisfecha, quería más. Con el pensamiento de innovar en productos e invertir en mejor calidad, participé de varios cursos como administrativos, marketing y de redes sociales. Aunque ahora estoy siguiendo marketing, en mis planes también está terminar la carrera de veterinaria”, sostiene.

En mayo de este año, Alejandra Acevedo, ya con una clientela formada y un catálogo de productos variados, decidió dejar de lado la comodidad de su empleo fijo y asumir el desafío de transformar su hobby en un negocio. Su primer paso fue alquilar un espacio en una tienda multimarca en el barrio Villa Morra.

Actualmente cuenta con 3 nuevos espacios donde expone sus productos, Asunción, Fernando de la Mora, Luque, y en una veterinaria. GUAU! Pet Boutique se denomina la marca de la joven de 21 años que ofrece prendas y accesorios que brindan glamour y elegancia a las mascotas de la casa.

“Emprender muy joven me ayudó muchísimo a desarrollarme como persona y tener la oportunidad de conocer a otros emprendedores que se arriesgaron y lo siguen haciendo, siempre fue mi inspiración para seguir”, concluyó.

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