/«Gracias al estrés que me causó un esclavizante trabajo pude renunciar y descubrir mi pasión»

«Gracias al estrés que me causó un esclavizante trabajo pude renunciar y descubrir mi pasión»

Sin duda, estar atado a un trabajo que no nos agrada, es tan destructivo como una enfermedad. Patricia Miranda es un claro ejemplo, luego de varios años de trabajar en un puesto que no la apasionaba y cumplir jornadas eternas de 12 a 16 horas diarias, la joven atravesó por un cuadro de estrés del que pudo salir tras buscar y encontrar su verdadera pasión.

» Por varios años trabajé en el área de call center en un reconocido sanatorio, en ocasiones no tenía un horario fijo e inclusive a veces trabajaba más de 12 horas, no renunciaba porque no era fácil encontrar un puesto laboral y los compromisos no nos esperan. Con el tiempo ese sacrificio me iba destruyendo y entré en un cuadro de depresión porque no podía estar con mi familia y veía como mi vida no tenía un rumbo», confiesa Patricia.

A pesar de que su entorno estaba todo negro, Patricia Miranda estaba dispuesta a buscar una salida y volver a empezar, renunció a su trabajo y se puso a buscar una alternativa de trabajo donde se sintiese libre. En ese lapso, se le presentó un curso en el rubro gastronómico que no desaprovechó, y quien diría, gracias a esa oportunidad encontró su pasión.

“Estaba sin trabajo pero dispuesta a probar de todo para descubrir en qué rubro me sentía libre, un día al ver un anuncio sobre un curso acerca de la elaboración de chipa, me animé y fui a probar, desde el primer momento quedé encantada y me dije, esto es lo mío», relata.

Emocionada por sentirse a gusto al trabajar con las manos, la joven decidió poner en práctica las recetas que iba aprendiendo. Mientras que sus familiares y amigos eran los que degustaban cada producto que salía del horno.

“El marido de mamá llevaba mis productos a su trabajo y siempre vendía todo, luego aparecieron los pedidos y eso me llevó a lanzarme a través de las redes sociales como WADO GOURMET. Empecé con un pequeño horno y sin nada de utensilios, pero de apoco fui equipando mi cocina», resalta.

Más adelante Paty tuvo la oportunidad de brindar cursos, y hace 1 año, a la par de llevar adelante su negocio propio, también capacita a personas con depresión y que hoy algunas ya son felices vendiendo su producción, gente con discapacidad que creían que su mundo ya no tenía sentido y amas de casas que se sentían inútiles.

Actualmente, Patricia Miranda trabaja sobre pedido, ofrece todo tipo de productos de repostería, además brinda cursos en el Centro Municipal N°3 de la ciudad de Asunción y su objetivo es llegar a más municipios. Así también poder montar un local propio con los equipos necesarios para seguir capacitando y exhibir sus productos.

“Increíblemente me siento feliz elaborando productos de confitería y trasmitiendo mis conocimientos a los demás. A diario aliento a mis alumnos a que se propongan metas y luchen por ellos porque los sueños están para cumplirse», concluye la emprendedora.

#Contacto: 0994260400