Su pasión por estar en contacto con los animales la llevó a iniciarse en el mundo de la fotografía. Te presentamos a Mónica Echeverría una joven médica veterinaria recibida en Brasil, quien luego de trabajar como pet sitter o dog walker en Inglaterra se ha convertido en una fotógrafa de animales. Hoy aquí en Paraguay se ingenia para que el verdadero carácter de cada animal brille a través de una fotografía.
“Desde que tengo uso de razón, mi pasión eran los animales. A los 19 años fui a estudiar a la Universidad Estadual Paulista (São Paulo 2010), tras recibirme y volver a Paraguay me encontré con la dificultad de cualquier estudiante recién egresado, no saber por dónde empezar. Como no tenía trabajo ingresé a varias empresas, pasé por el área venta, atención al cliente y marketing, con el fin de solventar mis gastos y ayudar a mi familia», relata la joven profesional.
Con el pasar de los años y la falta de oportunidad en su rubro, Mónica sentía que su vida tomaba un rumbo muy lejano al de estar en contacto con los animales. Su sacrificio de 6 años en el vecino país para convertirse en una profesional en atención a animales de vida silvestre y exótica, pareciera que fue todo en vano hasta que en el 2013 se le presentó una oportunidad de viaje a Inglaterra.
“Mi espíritu algo aventurero que me representa me llevó a parar a Londres. Gracias a mi carrera pude trabajar como pet sitter o dog walker (cuidar mascotas), en ese momento pareciera que mi mundo volvía a tener color porque podía hacer lo que me apasionaba, cuidar animales. Recorrer y apreciar los hermosos paisajes de los parques londinenses me inspiraba a querer capturarlos, aunque no sabía nada de fotografía, ahorré y compré para mi cámara y fue así que en mis paseos comencé a tomar fotografías a mascotas», resalta.
Al retornar a Paraguay, la joven decidió seguir en el rubro abriendo una guardería de mascotas en Asunción, y la fotografía pasó a ser parte de su rutina de cuidado. En sus planes estaba lanzar al público su proyecto de fotografía pero la duda de que si sus trabajos eran buenos, hizo que se demorara 2 años.
«No era fotógrafa profesional y no estaba convencida de que mi trabajo era bueno, entonces fui a estudiar fotografía, pero ninguna institución de Asunción sabía o me podía enseñar el nicho que yo quería por lo que fui autodidacta, sola y de apoco fui estudiando y perfeccionando mis técnicas con fotógrafos de mascotas del exterior. Al principio di a conocer a familiares y amigos mis trabajos y como recibía muchos halagos, apreté acelerador y no paré más», confiesa Mónica.
Actualmente, Mónica Martínez, trabaja en su propio domicilio, donde posee su guardería de mascotas que se diferencia de las demás por su ambiente familiar y acogedor. Así también posee un mini estudio en Sajonia donde realiza sus sesiones de fotos.
“La elección del nombre de mi marca (Monika Echeverría), tiene un motivo especial, mi nombre es Mónica Martínez Echeverría, pero decidí hacerle un homenaje a mi mamá por todo lo que ella representa y el esfuerzo que ha realizado por sus hijos, y también a mi abuelo, ya que la casa donde vivo fue construida por él gracias a la venta de quiniela. Y le agregué (Pet Photography) porque fue una iniciativa que nació en Inglaterra y aparte porque algún día quiero llegar más lejos, a eso apunto, por lo tanto atájense.», expresa entre risas.
Bajo la marca Monika Echeverría Pet Photography, la joven médica veterinaria y fotógrafa de animales, se encuentra abriendo paso en el mercado nacional. La profesional ofrece sesiones de fotografías para mascotas (todo tipo), las cuales reflejan capturas perfectas de momentos únicos y conexiones humano/animal. Además la sesión incluye fotolibros impresos con portarretratos, cuadros, tazas o llaveros para que el recuerdo con tu mascota sea eterno.
«Les invito a todos a lanzarse en sus emprendimientos, el desconocimiento que ahora tengas solo vas a aclarar cuando ya estés en práctica, la práctica hace lo perfecto y de los errores se aprende. No tengas miedo y lánzate, si te caes no hay nada mejor que levantarse de nuevo, sacudirse las rodillas y continuar”, con estas palabras concluyó la joven.
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