/Emprender y crecer: “Renuncié a ser esclavo de una rutina y sacrificar tiempo de mi familia por un dinero insuficiente»

Emprender y crecer: “Renuncié a ser esclavo de una rutina y sacrificar tiempo de mi familia por un dinero insuficiente»

Ramón Bogarín, es un padre de familia que tras 15 años de antigüedad laboral y sintiéndose un esclavo de la rutina, cumplir un horario fijo, sacrificar tiempo con su familia, y todo por un dinero que al final no era suficiente, lo llevó a aventurarse y emprender su propio negocio con el apoyo de su familia, y a pesar de las adversidades que tocó a su puerta cumplió su sueño.

«Durante 15 años trabajé para una empresa privada dedicada a la fumigación, trabajar ahí fue una gran experiencia y oportunidad de aprendizaje, pero con el correr de los años, todo fue cambiando, pues tener una familia, es desafió que va creciendo. Estar atado a un horario fijo, no tener tiempo para la familia, y que al final que no me alcancé el dinero, evidentemente no era la vida que soñaba, entonces comencé a analizar la idea de emprender en algo propio», confiesa Ramón.

Emprender tiene sus desafíos y requiere de esfuerzo, pero así también a veces es necesario de una inversión. En este caso, Ramón encontró un absoluto apoyo en su señora, Liz.

«Hace 2 años, con mi señora asumimos el desafío de emprender juntos, como ella trabaja en COPACO, y tenía un sueldo fijo, las necesidades básicas de la familia estaba cubierta. Teniendo en cuenta el conocimiento en el área de control y exterminio de todo tipo de plagas, decidí adentrarme en ello, y fue cuando nació Mr. fumigator «, resalta.

Hoy en día, el fuerte de la empresa es la eliminación de termitas con técnica norteamericana, además de todo tipo de plagas. Don Ramón Bogarín se encarga de realizar el servicio de fumigación, mientras que Liz se encarga de la parte administrativa y marketing.

«No fue fácil, recuerdo que cuando iniciamos este proyecto, mi hijo se enfermó gravemente, y con mi esposa nos turnábamos para quedar en el hospital y también cumplir con otras obligaciones, todo lo que ella ingresaba en la casa, se destinaba a medicamentos. A la par que iba mejorando, salíamos a repartir afiches, visitábamos comercios e inclusive a veces no dormíamos, pero todo tuvo su recompensa. Hoy el sueño de la empresa propia está en marcha con una clientela ya formada», concluye emocionado.

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