«Surgió de la nada», con estas palabras, la joven madre con formación en Contaduría Pública, Diana Bordón, explica cómo su vida dio un giro inesperado y llegó a convertirse en una exitosa diseñadora de tocados de novias.
“Siempre he sido una apasionada de la moda y del mundo de las bodas, a menudo observaba las novedades en periódicos y revistas, pero nunca se me ocurrió dedicarme a ello. Terminé la carrera de Contaduría Pública, ingresé a trabajar en un importante banco, me casé, tuve mi primera hija, es decir todo iba bien, no obstante, hubo una época donde sentía y quería aumentar mi ingreso. En ese lapso, siguiendo de cerca en mundo de la moda, quedo enamorada de un tocado en particular, y desde entonces me persiguió la idea de crearlos», relata.
Esa misma noche, Diana Bordón, comenzó a investigar en internet acerca del proceso y las técnicas para hacer tocados. Convencida de que podría intentarlo, compró los materiales y guiándose por tutoriales se puso a practicar.
«Era un domingo, me pasé el día intentado crear, llegando la tarde, por fin me gustó como quedó mi primer tocado y como estaba a unos meses para que mi hermana contraiga matrimonio, le regalé mi creación. Luego familiares y amigos que vieron el tocado, quedaron encantados y me dijeron que tenía que fabricarlos para la venta, y eso me impulsó a fabricarlos en mi tiempo libre», asegura Diana.
Ilusionada y dispuesta a asumir desafíos, Diana, creo una página y comenzó a promocionar sus primeros tocados. La originalidad y elegancia de sus productos rápidamente comenzó a llamar la atención de muchas mujeres.
» No podía creer que mis tocados gustara mucho a la gente, y menos asimilar cuando los entregaba y mis clientas emocionadas inclusive derramaban algunas lágrimas, y eso me motivaba Con el pasar de los meses, los tocados que me pedían eran más complicados y delicados, pero investigando y practicando hacía que me pedían», resalta.
Ser profesional, emprendedora, madre, esposa y estar pendiente de las actividades del hogar, cada día resultaba más difícil para Diana, sin embargo, supo sobrellevar.
“Cuesta bastante compaginar todo, porque estoy casada, tengo 2 hijas, una de 4 años y otra de apenas 5 meses, y tanto ellas como mi marido, necesitan de mí. Normalmente de noche y madrugada realizo mis tocados, y en mi horario de almuerzo salgo a hacer mis compras. Desde el principio hice que mi familia esté involucrada en mi emprendimiento, así compartimos más tiempo juntos. Mi hija mayor por ejemplo desde los dos añitos se sienta a mi lado a observar lo que hago, y hoy en día ya intenta a hacer sus tocados. Mientras que mi marido en su tiempo libre me ayuda en lo que refiere a la presentación y entrega de los tocados», expresa emocionada.
En la actualidad, la joven diseñadora sigue elaborando de manera artesanal tocados y complementos para novias, y de esta forma es parte de momentos especiales de muchas mujeres. Recientemente, lanzó una línea infantil.
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